Corazón Suspendido (El Dolor es La Vida)
2000
Terracota (cerámica), cuerdas, cenizas y azufre sobre pared.
350 x 240 cm. (Instalación de dimensiones variables)
Exhibida por primera vez en la Exposición «El Dolor es La Vida», Galería Luz y Oficios, Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño (CPAPD), La Habana
Memoria y Olvido: Vértigo de la Sucesión
«La vida al igual que un péndulo, oscila constantemente, hacia adelante y hacia atrás entre el dolor y el hastío»
Arthur Schopenhauer
(El mundo como voluntad y representación)
Circunstancias (cenizas del hombre soñado). Fuego (vértigo de la sucesión ad infinitum). Días y Noches, sístole-diástole, memoria y olvido; concatenación, tensión, alternancia y resonancia… ese permanente fluctuar de la vida como impulso; como cuentas de rosario. Resonancia en los extremos vacíos del sinsentido.
Fuego y Ceniza: Territorios Cicatriciales
«Nuestra conciencia está continuamente pasando de un estado a otro, y ése es el tiempo: la sucesión».
Jorge Luis Borges
Aquí el hombre, resumido en la metáfora del corazón (pendiente, suspendido entre cielo y tierra) ha sido realizado a partir de una cerámica de terracota. Accidentalmente rota y posteriormente reparada, exhibe la belleza de sus cicatrices en abierta referencia a la filosofía Kintsugi (Kintsukuroi). De tal modo, la cicatriz, como huella de la herida en la memoria, detritus de la pérdida y reminiscencia del trauma.